Ejemplos de Cantos
de arpista. [J. M. Serrano Delgado, Textos
para la Historias Antigua de Egipto (Madrid 1993) 270-271]
·
De
la Tumba de Intef:
“Himno que está en la capilla del (rey) Intef,
justo de voz, delante del cantor con el arpa:
Es afortunado este feliz príncipe,
(aun cuando) se ha destruido un bello destino.
Una generación pasa;
otra permanece, desde el tiempo de los
antepasados.
Los dioses que existieron antes
y que reposan en sus pirámides,
los nobles glorificados que igualmente
fueron enterrados en sus pirámides,
los que construyeron los templos,
sus lugares (ya) no existen
¿qué se ha hecho de ellos?
Yo he escuchado las palabras de Imhotep y
Hordjedef,
cuyas máximas son plenamente repetidas
¿qué ha sido de sus lugares?,
sus muros se han arruinado,
sus lugares (ya) no están
igual que los que nunca existieron.
Nadie ha vuelto de allí para hablarnos de su
situación,
para contarnos lo que han perdido
(de forma que) nuestro corazón halle consuelo
hasta que marchemos al lugar al que ellos han
ido.
(Así pues) alégrate por ello.
Que olvide el corazón te hace glorioso.
Sigue a tu corazón mientras vivas.
Pon mirra en tu cabeza,
vístete con el (más) fino lino,
úngete con la auténtica maravilla de los óleos
del dios
y acrecienta tu felicidad.
Que tu corazón no languidezca.
Sigue a tu corazón y a tu placer.
dedícate a tus asuntos sobre la tierra
(y) no lastimes tu corazón.
(Cuando) te llegue el día del lamento
el Débil de Corazón (=Osiris) no escuchará sus
lamentaciones,
al hombre no lo salvarán sus quejas
de la tumba.
(Así
pues) pasa una feliz jornada,
no
languidezcas en ella.
Mira,
nadie puede llevar sus cosas consigo.
Mira,
no hay nadie que haya partido
(y
después) haya regresado”.
·
De la estela funeraria
de Neb-Ankh
“El
cantor Tjeni-Aa dice:
¡Qué
bien establecido estás en tu lugar de eternidad,
en
tu tumba de eternidad!
Está
llena de ofrendas de alimento.
Contiene
todas las cosas buenas.
Tu
Ka está contigo
y
no se alejará de ti
¡Oh,
(tú) Tesorero, Mayordomo Neb-Ankh!
Tuyo
es el dulce aliento del viento del norte.
Así
dice su cantor, que hace vivir su nombre, el reverenciado
Tjeni-Aa,
a quien él amó, que canta cada día a su Ka”.
·
De la estela funeraria
de Iky:
“¡Oh,
tumba, tú has sido construida para la fiesta, Has sido fundada para la
felicidad! El cantor Neferhotep, hijo de Henu”.
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