Pierre Montet en su libro La vida cotidiana en Egipto en tiempo de los Ramsés
nos habla del juego del cabrito a tierra .
"El
juego del cabrito a tierra es una especie de salto de obstáculo.72 Dos muchachos
se sientan en el suelo uno frente al otro, con los brazos y las piernas
extendidos, bien apartados los dedos de la mano, el talón izquierdo sobre la
punta del pie derecho. Forman el obstáculo, y ese obstáculo es el que los demás
jugadores deben saltar sin que los cojan. Los jugadores que forman el obstáculo
tratarán naturalmente de coger la pierna del que salta y de mandar "el cabrito
al suelo". Al saltarín no le está permitido amagar, sino que anuncia su salida
diciendo: "¡Aguántate bien! ¡Allá voy, camarada!" Otros niños se disputan
carreras, pero sería demasiado sencillo correr con los pies, corren de rodillas,
con las piernas cruzadas, sujetando los pies con las manos. Si en la pandilla
hay alguno mayor, se pondrá de cuatro patas, y dos pequeños, sujetándose por las
manos y los pies, se columpiarán en su espalda. También juegan a tirar jabalinas
a un blanco dibujado en el suelo. Este blanco lleva, no se sabe por qué, el
nombre del dios Sechemu, el dios del lagar, que es un dios muy respetable. Más
bien esperaríamos el nombre del matador de Osiris. La lucha tenía aficionados.
Si eran bastante numerosos, una parte de los jugadores forma una especie de
torre, cada uno extendiendo los brazos sobre los hombros de sus vecinos. Los
otros deben saltar por encima de la torre sin que los coja el guardián.
A
veces el juego acababa mal. El niño torpe o tramposo era castigado a puñetazos y
a puntapiés. A veces lo ataban como a un verdadero criminal. Sus verdugos lo
castigaban con palos que terminaban en una mano
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